Evangelio según San Mateo 16,13-20.
Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?». Ellos le respondieron: «Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas». «Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?». Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo».
Jesús le dijo: «Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo. Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la muerte no prevalecerá contra ella.
Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo». Entonces ordenó severamente a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías.
Reflexión sobre el Evangelio del Día
Las personas del tiempo en el que nació Jesús esperaban un redentor que los llevara a la guerra y derrotaran al ejército romanos para de esa manera poder ser libres, venían acostumbrados a las guerras de los antiguos israelitas, pero quedaron asombrados porque el propósito de Jesucristo en esta tierra fue redimirnos del pecado, en vez de utilizar una espada usaba la sabiduría y la palabra de Dios para tumbar toda piedra de opresión que los ataba.
Obviamente muchas personas no creyeron en Jesús por lo antes mencionado, sin embargo, el amor de él a través de su Padre los arropaba de tal manera que estaban asombrados de las maravillas que podía realizar Cristo, muchos pensaban que había nacido en él un antiguo profeta, muchos pensaban que había renacido Elías, pero quedaron atónitos cuando se dieron cuenta de que era el mismísimo hijo de Dios.
A muchas personas todavía no se le había revelado cuando a través de una pregunta de Jesús a los discípulos este misterio le fue descubierto a Simón, Pedro; por eso Cristo decidió fundamentar la futura iglesia en sus manos hasta el sol de hoy.
Te invitamos a que sigas a Dios con toda tu mente y corazón, cosas maravillosas pasaran en tu vida y la de tu familia, sabemos que muchas son las tribulaciones del justo pero de todas ellas nos salvara Dios, ¡anímate! Dios tiene cosas impresionantes preparadas para ti.
Oración del Día
Acto de fe
Padre amado, en este día te doy gracias por todas las
Maravillas que me ofreces y por darme la oportunidad
De conocerte, por ser tan fiel y amoroso conmigo
Hoy quiero darte inmensamente gracias por cada una de las cosas que has hecho por mí,
Desde el vientre de mi madre me conociste
Has depositado un talento y un fruto del espíritu en mí para darte gloria
Me humillo ante tu presencia reconociendo que eres mi Dios
Nada pudiera lograr si tú no vas delante de mí como poderoso gigante
Es por eso que quiero aceptarte como mi único Redentor,
Te daré gloria, honra y alabanza por siempre
Señor y Salvador, creo en tu palabra, creo en el Hijo y el Espíritu Santo,
Creo que tu voluntad que es buena, perfecta y agradable, amen.
Salmos: 18-1-13
Te amo, oh Jehová, fortaleza mía.
Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador;
Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré;
Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.
Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado,
Y seré salvo de mis enemigos.
Me rodearon ligaduras de muerte,
Y torrentes de perversidad me atemorizaron.
Ligaduras del Seol me rodearon,
Me tendieron lazos de muerte.
En mi angustia invoqué a Jehová,
Y clamé a mi Dios.
Él oyó mi voz desde su templo,
Y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos.
La tierra fue conmovida y tembló;
Se conmovieron los cimientos de los montes,
Y se estremecieron, porque se indignó él.
Humo subió de su nariz,
Y de su boca fuego consumidor;
Carbones fueron por él encendidos.
Inclinó los cielos, y descendió;
Y había densas tinieblas debajo de sus pies.
Cabalgó sobre un querubín, y voló;
Voló sobre las alas del viento.
Puso tinieblas por su escondedero, por cortina suya alrededor de sí;
Oscuridad de aguas, nubes de los cielos.
Por el resplandor de su presencia, sus nubes pasaron;
Granizo y carbones ardientes.
Tronó en los cielos Jehová,
Y el Altísimo dio su voz;
Granizo y carbones de fuego.