Evangelio Según San Lucas 23: 26-43
Y llevándole, tomaron a cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús. Y le seguía gran multitud del pueblo, y de mujeres que lloraban y hacían lamentación por él. Pero Jesús, vuelto hacia ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos. Porque he aquí vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no concibieron, y los pechos que no criaron.
Entonces comenzarán a decir a los montes: Caed sobre nosotros; y a los collados: Cubridnos. Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué no se hará? Llevaban también con él a otros dos, que eran malhechores, para ser muertos. Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes.
Y el pueblo estaba mirando; y aun los gobernantes se burlaban de él, diciendo: A otros salvó; sálvese a sí mismo, si este es el Cristo, el escogido de Dios.Los soldados también le escarnecían, acercándose y presentándole vinagre, y diciendo: Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo.Había también sobre él un título escrito con letras griegas, latinas y hebreas: ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS. Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros.
Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aún temes tú a Dios, estando en la misma condenación?Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; más este ningún mal hizo.Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso. Cuando era como la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.
Y el sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por la mitad. Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró.Cuando el centurión vio lo que había acontecido, dio gloria a Dios, diciendo: Verdaderamente este hombre era justo. Y toda la multitud de los que estaban presentes en este espectáculo, viendo lo que había acontecido, se volvían golpeándose el pecho. Pero todos sus conocidos, y las mujeres que le habían seguido desde Galilea, estaban lejos mirando estas cosas.
Reflexión sobre el Evangelio del Día
Este fue uno de los hechos más tristes de la biblia, la crucifixión y muerte de Jesús, sus discípulos quedaron devastados, su mamá María y sus hermanos sufrieron mucho su fallecimiento.
Y entendamos que los religiosos estaban buscando desde mucho tiempo acabar con él, y al momento de aliarse con el gobierno terminaron crucificándole. Pero también hay que entender que todo fue un plan de Dios para que ocurriera así. Era un plan que judas lo vendiera y era un propósito en la tierra morir de la peor manera para que todos nosotros viviéramos.
Y aun así ya estando clavado en aquella cruz pronunció las palabras más fuertes «padre perdónalos porque no saben lo que hacen» era tanto el amor de Jesús hacia nosotros que él entendía que realmente no sabían lo que hacían, y aún así murió por los que le mataron. Lo peor de todo es que muchas personas se burlaban de manera horrible, pero Jesús de igual manera les amaba.
Esto nos deja una gran lección, y nos pone a pensar. Han pasado miles de años desde aquel suceso y aún se recuerda con temor el mayor sacrificio de amor para con nosotros. Después de su muerte marcó un antes y un después en el tiempo. Terminó la época de los sacrificios, y empezó la época de la gracia. Hasta el día de hoy vivimos en gracia.
Procuremos siempre llevar este acto de amor en nuestro corazón, así sabremos valorar el sacrificio de sangre que hizo Jesús por amor a ti y a mí y por todos en el mundo. Hagamos que cada gota de su sangre cuente en nuestra vida y démosle la gloria en todo, dediquemos nuestra vida a él.
Oración del Día
Acto de arrepentimiento
Dios mío, me arrepiento de todo corazón de todos mis pecados y los aborrezco,
principalmente porque te ofendí, eres digno de amor por encima de todas las cosas.
Por eso propongo firmemente, con ayuda de Tu gracia, no pecar más y huir de toda ocasión de pecado.
Me propongo también apartarme del camino malo, empezar a caminar en tu voluntad
Ayúdame a cambiar de dirección, a cambiar mi vida y darte la gloria en todo,
porque mereces gloria, honra, alabanza, adoración y todo mi corazón, Amén.
Salmos 150: 1-6
Alabad a Dios en su santuario;
Alabadle en la magnificencia de su firmamento.
Alabadle por sus proezas;
Alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza.
Alabadle a son de bocina;
Alabadle con salterio y arpa.
Alabadle con pandero y danza;
Alabadle con cuerdas y flautas.
Alabadle con címbalos resonantes;
Alabadle con címbalos de júbilo.
Todo lo que respira alabe a JAH.
Aleluya.