Evangelio Según San Marcos 14: 27-47
Después de cantar los salmos, se fueron al Monte de los Olivos. Jesús les dijo: Todos ustedes van a perder su fe en mí. Así lo dicen las Escrituras: “Mataré al pastor, y las ovejas se dispersarán.” Pero cuando yo resucite, los volveré a reunir en Galilea.
Pedro le dijo: Aunque todos pierdan su fe, yo no. Jesús le contestó: Te aseguro que esta misma noche, antes que cante el gallo por segunda vez, me negarás tres veces. Pero él insistía: Aunque tenga que morir contigo, no te negaré. Y todos decían lo mismo.
Luego fueron a un lugar llamado Getsemaní. Jesús dijo a sus discípulos: Siéntense aquí, mientras yo voy a orar. Y se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, y comenzó a sentirse muy afligido y angustiado. Les dijo: Siento en mi alma una tristeza de muerte. Quédense ustedes aquí, y permanezcan despiertos.
En seguida Jesús se fue un poco más adelante, se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, y pidió a Dios que, de ser posible, no le llegara ese momento. En su oración decía: «Abbá, Padre, para ti todo es posible: líbrame de este trago amargo; pero que no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.»
Luego volvió a donde ellos estaban, y los encontró dormidos. Le dijo a Pedro: Simón, ¿estás durmiendo? ¿Ni siquiera una hora pudiste mantenerte despierto? Manténganse despiertos y oren, para que no caigan en tentación. Ustedes tienen buena voluntad, pero son débiles.
Se fue otra vez, y oró repitiendo las mismas palabras. Cuando volvió, encontró otra vez dormidos a los discípulos, porque sus ojos se les cerraban de sueño. Y no sabían qué contestarle. Volvió por tercera vez, y les dijo: ¿Siguen ustedes durmiendo y descansando? Ya basta, ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. Levántense, vámonos; ya se acerca el que me traiciona.
Reflexión sobre el Evangelio del Día
En este pasaje de la biblia podemos ver la humanidad de Jesús, lamentablemente ya se estaba acercando su hora y tenía miedo, incluso le dijo a sus discípulos que todos perderían la fe en él y pedro hasta lo negaría 3 veces. Ya Dios le había revelado a su hijo que moriría para la salvación de todos.
Pero de igual forma Jesús tenía miedo, se preocupó mucho por su vida y lo que le acontecería, incluso hasta le pidió a Dios que si era su voluntad pasara ese trago amargo, y en otra versión dice: «si es tu voluntad padre, pasa de mí esta copa». Sin embargo su muerte era tristemente inevitable.
Era tan increíble el maestro que aún acercándose su hora, les enseñaba a sus discípulos a mantenerse en oración para que no cayeran en tentación. Y esas mismas palabras nos enseñan a nosotros ahora; la tentación forma parte de nuestra vida pero Jesús nos enseña a mantenernos despiertos, velando y orando para no sucumbir ante ella. Dios es nuestro amparo, fortaleza y nuestro pronto auxilio, siempre pidamos ayuda a él.
Oración del Día
Acto de caridad
Dios mío, te amo sobre todas las cosas a ti y amo al prójimo,
porque Tú eres el infinito, el perfecto Bien, digno de todo amor.
Quiero vivir y morir en este amor, prometo servirte y serte fiel
todos los días de mi vida has el fin, eres lo más importante para mi
Digno de gloria, honra y alabanza. En ti espero y confío Amén.
Salmos 14:1-7
Los necios piensan que no hay Dios:
todos se han pervertido;
han hecho cosas horribles;
¡no hay nadie que haga lo bueno!
Desde el cielo mira el Señor a los hombres
para ver si hay alguien con entendimiento,
alguien que busque a Dios.
Pero todos se han ido por mal camino;
todos por igual se han pervertido.
¡Ya no hay quien haga lo bueno!
¡No hay ni siquiera uno!
No tienen entendimiento los malhechores,
los que se comen a mi pueblo como quien come pan,
los que no invocan el nombre del Señor.
Temblarán llenos de miedo,
pues Dios está con los que lo obedecen.
Se burlan de los anhelos del humilde,
pero el Señor lo protege.
¡Ojalá que del monte Sión
venga la salvación de Israel!
Cuando el Señor haga cambiar la suerte de su pueblo,
se alegrarán los descendientes de Jacob,
todo el pueblo de Israel.