Evangelio del Día 08 de octubre del 2020

Evangelio Según San Marcos 10: 33-45

Iban por el camino subiendo a Jerusalén; y Jesús iba delante, y ellos se asombraron, y le seguían con miedo. Entonces volviendo a tomar a los doce aparte, les comenzó a decir las cosas que le habían de acontecer: He aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte, y le entregarán a los gentiles; y le escarnecerán, le azotarán, y escupirán en él, y le matarán; más al tercer día resucitará.

Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se le acercaron, diciendo: Maestro, querríamos que nos hagas lo que pidiéremos. Él les dijo: ¿Qué queréis que os haga? Ellos le dijeron: Concédenos que en tu gloria nos sentemos el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda. Entonces Jesús les dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado?

Ellos dijeron: Podemos. Jesús les dijo: A la verdad, del vaso que yo bebo, beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados; pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado.

Cuando lo oyeron los diez, comenzaron a enojarse contra Jacobo y contra Juan. Más Jesús, llamándolos, les dijo: Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad. Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos. Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

Reflexión sobre el Evangelio del Día

Jesús desde el principio sabía su misión en la tierra, predicar a todo el mundo, fundar la iglesia, y morir para marcar un antes y un después en el mundo. Pero como todo hombre tenía miedo de su fin, incluso ya les estaba comunicando a sus discípulos más cercanos que el Hijo de Dios Moriría cruelmente.

Luego se les aceraron uno de sus seguidores para pedirle que ambos se sentaran al lado de él con toda la gloria, pero ellos realmente no sabían lo que eso conllevaba, sufrir una muerte dolorosa para luego así ser glorificado, pero con todo y eso Jesús no les dijo del todo que no, sino que eso ya estaba predestinado. Realmente es Dios quien decide quien se va a sentar en el trono.

Pero la mejor parte es el final del texto, todo aquel que quiera hacerse grande tiene que hacerse servidor de los demás, y eso trae dignidad, si queremos ser como Jesús tendremos que servir fervientemente a las personas como él lo hizo. Si los dirigentes de todos los países tuvieran este principio bíblico, el mundo fuera totalmente diferente porque hay que utilizar el poder para ayudar y bendecir, no para beneficios propios. Por eso es que ser cristianos es para valientes, el camino fácil nunca será una opción.

Oración del Día

Ven Espíritu Creador

Ven Espíritu Santo Creador visita nuestras almas

Y llena con la gracia divina los corazones que tú creaste.

Eres fuente viva, fuego, amor y espiritual unción.

Leer Tambien:  Evangelio del Día 06 de septiembre del 2020

Fiel promesa del Padre que enriquece nuestra palabra.

Ilumina los sentidos, infunde amor en los corazones y

Conforta sin cesar nuestra fragilidad. Ahuyenta al enemigo,

danos pronto la paz y contigo como guía, evitemos todo mal.

Por Ti conozcamos al Padre y también al Hijo y confiemos siempre en Ti,

Gloria a Dios Padre y al Hijo que resucitó y al Espíritu Santo, por todos los siglos. Amén

Salmos 119: 1-11

Bienaventurados los perfectos de camino,
Los que andan en la ley de Jehová.

Bienaventurados los que guardan sus testimonios,
Y con todo el corazón le buscan;

Pues no hacen iniquidad
Los que andan en sus caminos.

Tú encargaste
Que sean muy guardados tus mandamientos.

Ojalá fuesen ordenados mis caminos
¡Para guardar tus estatutos!

Entonces no sería yo avergonzado,
Cuando atendiese a todos tus mandamientos.

Te alabaré con rectitud de corazón
Cuando aprendiere tus justos juicios.

Tus estatutos guardaré;
No me dejes enteramente.

¿Con qué limpiará el joven su camino?
Con guardar tu palabra.

Con todo mi corazón te he buscado;
No me dejes desviarme de tus mandamientos.

En mi corazón he guardado tus dichos,
Para no pecar contra ti.

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