Evangelio Según San Juan 1, 1-14
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz. Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.
Los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
Reflexión sobre el Evangelio del Día
Siempre ha existido una lucha entre el bien y el mal, de hecho, antes de que Jehová creara la humanidad, existía el mundo espiritual, conformado por El Padre El hijo, y El Espíritu Santo, y luego de ellos los Querubines, Serafines, Arcángeles y Ángeles. Muchos conocemos la historia donde lucifer sintió envidia de Jehová y se desencadenó una fuerte batalla en los cielos, en la cual fue expulsado lucifer y la cuarta parte de los ángeles del cielo quienes decidieron seguirlo, ahí se dividió el bien y el mal.
Cuando nuestro Padre Celestial creó la humanidad, la hizo porque le plació, para que pudieran poblar la tierra y vivir en un entorno sin maldad, sin embargo, lucifer que ahora paso a ser satanás convenció a Eva y Adán de que comieran del fruto prohibido para que llegaran a ser como Dios, y por eso fueron expulsados del paraíso, en ese mismo instante se creó un plan divino para redimir a la humanidad de esa falta tan grande, y ese plan fue enviar a Jesús a la tierra a morir por todos nosotros.
Jesús era en el principio con Dios y el Espíritu Santo, de hecho, ellos tres son uno solo, (Santa Trinidad) por eso merece toda adoración, todo domino y toda potestad. Debemos confiar plenamente de que las cosas de Dios tienen un propósito claro y contundente con nuestra vida, él nos hizo con una finalidad maravillosa de adorarle y glorificarle con todo nuestro ser ¡Dios te Bendiga!
Oración del Día
Ven Espíritu Creador
Ven Espíritu Santo Creador visita nuestras almas y llena con la gracia divina los corazones que tú creaste.
Eres el Paráclito, el Don de Dios, fuente viva, amor y espiritual unción Autor de los dones espirituales
Dedo de la diestra paterna. Fiel promesa del Padre que enriquece nuestra palabra.
Ilumina los sentidos, infunde amor en los corazones y conforta sin cesar nuestra fragilidad.
Ahuyenta al enemigo, danos la paz, y contigo como guía evitemos todo mal, por ti conozcamos al Padre
También al Hijo y confiemos siempre en Ti. Te amamos porque eres nuestro Dios todopoderoso.
Danos hoy el pan de cada día. Muchas veces estamos turbados, angustiados, más tú nos darás la victoria.
Aunque se levanten enemigos contra mí, todos caerán más a mí no llegaran porque tú eres mi Dios
Te amamos, adoramos, exaltamos y bendecimos por los siglos de los siglos, porque eres fiel.
Gloria a Dios Padre y al Hijo que resucitó y al Espíritu Paráclito, por todos los siglos. Amén
Salmos 16: 1-11
Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado.
Oh alma mía, dijiste a Jehová:
Tú eres mi Señor;
No hay para mí bien fuera de ti.
Para los santos que están en la tierra,
Y para los íntegros, es toda mi complacencia.
Se multiplicarán los dolores de aquellos que sirven diligentes a otro dios.
No ofreceré yo sus libaciones de sangre,
Ni en mis labios tomaré sus nombres.
Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa;
Tú sustentas mi suerte.
Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos,
Y es hermosa la heredad que me ha tocado.
Bendeciré a Jehová que me aconseja;
Aun en las noches me enseña mi conciencia.
A Jehová he puesto siempre delante de mí;
Porque está a mi diestra, no seré conmovido.
Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma;
Mi carne también reposará confiadamente;
Porque no dejarás mi alma en el Seol,
Ni permitirás que tu santo vea corrupción.
Me mostrarás la senda de la vida;
En tu presencia hay plenitud de gozo;
Delicias a tu diestra para siempre.